"La primera obligación de todo revolucionario es comprender la realidad" frase pronunciada por Almudena Grandes citando a Lenin.(1)

Quizás muchos estaremos de acuerdo con la siguiente premisa: "El PSOE se enfrenta a una encrucijada, o consigue transmitir un proyecto político con el que se consiga ilusionar a la sociedad española o está abocado a ser un partido que solo será una alternativa de gobierno cuando el resto de los partidos (nuevos y viejos) fallen, es decir, dentro de muchos años."

Pero para cualquier individuo con ciertas inquietudes ideológicas progresistas, la frase anterior contiene muchos matices que conviene aclarar; puesto que no se explicita que para que vuelva a gobernar el PSOE, sea necesario un modelo político de izquierda o uno de centro, solo uno que ilusione… y si funciona, pues mucho mejor. 

Ilusionar a la sociedad española con un proyecto político de izquierdas no es tan difícil, solo requiere proponer un sistema económico estable que garantice el pleno empleo y la igualdad de oportunidades (sanidad y educación universales) y sostenible en el tiempo, pero los gobiernos de Zapatero en España y de Hollande en Francia han demostrado que la izquierda todavía no sabe aplicar las políticas socialdemócratas sin darse de bruces con un concierto económico mundial "no propicio".

La anterior afirmación es bastante grave, porque si con el marco legislativo no puedes cumplir tu programa o modificas "la constitución" o modificas tu programa, porque nadie confiará que le puedas resolver sus problemas con lo que propones.

La tentación de los partidos de izquierda de modificar el concierto "legislativo/económico" para hacerlo "más propicio" para la consecución de sus ideales, solo se debe de llevar acabo con la aquiescencia de una gran mayoría de los ciudadanos. Por ejemplo, una vuelta a la peseta o denunciar como injusta la deuda adquirida por la especulación de la prima de riesgo, tendría las represalias de los poderes económicos, que lejos de solucionar los problemas inmediatos de los ciudadanos los agravaría, por no hablar de la presión mediática que ejercerían los medios de derecha (2) sobre un gobierno de izquierda que además no cumple con lo que quieren los españoles, recordemos, "Un sistema económico estable que garantice el pleno empleo…etc."(3).

Esta es la verdadera encrucijada del PSOE y la respuesta a la pregunta de ¿qué debe de hacer? es ser honesto y abrir el debate en los términos más reales y comprensibles.

La primera obligación de todo militante es entender esta realidad para encontrar la mejor solución; en el PSOE hay muchos cuadros que se están poniendo de perfil para no decir lo que tienen que decir. Los militantes y los ciudadanos podemos soportar casi cualquier cosa menos la callada por respuesta a la hora de analizar y proponer soluciones creíbles a los problemas. Actuar así, produce mucha frustración y desilusión, que se traduce en desafección e incomprensión, por no hablar de ser pasto de las críticas feroces lanzadas por nuevos partidos de vocación demagoga y oportunista.

Este post va dedicado a mi amigo Antoine Candelas. Que ahora no coincidamos en el mismo proyecto político no me hace dudar de que en el futuro nos encontraremos en el mismo lado de la "trinchera". 

(1) Pues vamos a eso, a interpretar y comprender la realidad, porque es necesario para entender el porqué ocurren las cosas. Descubrir que no somos lo que creemos ser o no tenemos la capacidad para ser lo que queremos ser, puede doler, pero hay que acercarse a los "monstruos" que nos agobian para conocerlos y vislumbrar sus puntos débiles, y así, poder derrotarlos.

(2) Desde 2004 los medios de derechas no han dudado en dividir y polarizar a la sociedad hasta que el PP no volvió a recuperar el poder. Por ejemplo, los socialistas hemos tenido que aguantar los apelativos de "asesinos" y "etarras" ;  y eso que con Zapatero ETA dejó definitivamente las armas, pues no me quiero ni imaginar lo que harían si hiciéramos lo que nos pide el cuerpo; desligarnos de nuestros compromisos económicos internacionales que impiden aplicar con éxito los ideales de izquierda, apelativos como "Bolivarianos" y "Castristas" serían el pan nuestro de cada día. Y no es que no estemos dispuestos a librar las batallas, pero aceptarla sin una gran mayoría en las urnas, sería llevar hasta el borde del abismo a la sociedad española.    

(3) A lo largo de su historia, el PSOE no siempre ha llevado en su programa lo que en ese momento era lo más deseado por la ciudadanía, pero la diferencia estriba está en que, si ahora el PSOE propusiera romper nuestras dependencias con el concierto económico internacional, estaríamos proponiendo un camino incierto que a corto plazo supondría una merma económica de los ciudadanos y una pérdida de servicios que podrían esperar del estado; y eso, amigos míos, supone mucha conciencia social.