El título de la entrada se debe solo a que cuando estaba viendo la película pensé que estaba ante a un nuevo lenguaje audiovisual; producto de una generación millennial, X, Y o Z que proponía un cambio de paradigma. Me explico mejor, la escena con más pasión, violencia o sexo de esta película está al mismo nivel que la escena más morbosa del noticiario NODO de los años 50: algo no cuadraba. No, no es una película rompedora de paradigmas, solo propone muchas pistas y detalles que no son lo que parecen y que el espectador tiene que interpretar. La historia está basada en un cuento de Lev Grossman y está dirigida por Ian Samuels.
Para leer sin peligro de spoiler
Este estreno de la plataforma de Amazon Prime Video me ha hecho reflexionar de las capas de las que está formada. En una primera capa superficial El Mapa de las Pequeñas cosas Perfectas parece un remake romántico para adolescentes, más o menos ocurrente, de la película Atrapado en el Tiempo o como la conocemos en España el Día de la Marmota. Con un elenco protagonista, quizás con una edad biológica un poco más avanzada de lo que propone la cinta -los protagonistas son adolescentes y los actores (Kathryn Newton y Kyle Allen) han pasado del cuarto de siglo- y parece que no nos van a proponer nada más que unos gags humorísticos sobre la anomalía temporal que sufren y que son previsibles. Está ambientada en una ciudad norteamericana mediana feliz como si de sus grifos manara agua saturada de Prozac, pero lejos de la realidad, un poco antes de la mitad de la película viene un primer giro y poco antes del final otro giro que sitúa la historia en el plano de un realismo mágico encantador, por lo que recomiendo su visión, aunque solo sea por curiosidad.
Análisis (ojo, con spoiler)
Hablemos de la depresión. Quién no ha tenido una mala racha en la vida que le ha hecho sentir que el día se repetía uno detrás de otro y no lograba salir de un bucle; o hemos acompañado a un amigo, hermano, madre, padre, novia o novio al que no podíamos ayudar a superar una depresión y a la vez eso nos hace ralentizar nuestra propia existencia. Cómo se podría llevar una historia tan común y ordinaria al plano de lo extraordinario y mágico. El Mapa de las Pequeñas Cosas Perfectas lo consigue, y lo hace sin dar explicaciones, llevando al espectador en un tren que se detiene en una estación tras otra hasta el final, sin traicionar a la historia fantástica. Hay muchos detalles a lo largo de la película que nos dan pistas de que, si la historia es solo una fabulación, algo no cuadra. Por ejemplo, el simple detalle del beso final de los protagonistas, carente de pulsión sexual y lleno de ternura y amor, se puede interpretar como pudoroso, pero es en realidad el mismo beso que se podría dar un matrimonio que sale de una mala racha.
Después de la presentación de los personajes y el planteamiento, la primera estación o el primer giro de la película es la constatación de que Mark, el protagonista masculino, no es el centro de la anomalía temporal, el segundo giro es descubrir que la cita secreta que hace que Margaret se separe de Mark todos los días a las seis de la tarde, es estar al lado de su madre enferma terminal. La tercera estación y final de trayecto es la superación del duelo gracias al amor.
Si bien la película tiene de referente principal y más reconocible es Atrapado en el Tiempo, la manera de mezclar fantasía y realidad me ha recordado mucho a La Vida de Pi o Troya.
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