Falacias Españolas: III. "Que no nos pongan donde haya".
Bajas a la tienda del barrio, y mientras esperas tu turno, escuchas en la conversación del tendero con un cliente:
Y yo, iluso compulsivo, también me escandalizo, pero no por el ayuntamiento de Marbella , sino por la confesión de la primera persona del plural que utiliza la gente que me rodea con demasiada profusión, y hago una nota mental que dice; ¡Yo aquí no vuelvo!. Pero claro, si tuviera que arreglármelas para no volver a todos los sitios donde lo he escuchado: En el banco, en la casa de tu suegra, en el trabajo, en el gimnasio...
Ahora en serio, que manía tenemos los españoles en generalizar, si hay gente que roba en vez de rebelarse y decir, ¡Esos son unos malos españoles indignos de nuestras tradiciones! o ¡Un verdadero español nunca roba!, somos tan amables que preferimos incluirnos en el saco para que nadie nos tome por diferentes.
Y así nos va, escuche una vez a Eduardo Punset que: "Al igual que hay un efecto placebo también hay un efecto anti-placebo". Si crees que te vas a curar por "algo" tienes un veinte por ciento de posibilidades que te cures, aunque ese "algo" no sea ni bueno ni malo, y eso también se puede aplicar con los posos que nos dejan las falacias españolas en nuestra conciencia colectiva. Si creemos que todos somos personas que robamos, cuando podamos, al final robaremos. Eduardo Punset utilizaba el efecto anti-placebo para criticar a los que piensan que los seres humanos vamos a destruir la tierra sin remedio y que el mundo va a peor y es inevitable, porque si creemos en todo eso, al final pasará.
-"Pues resulta que en el ayuntamiento de Marbella eran todos unos ladrones"
-"¡Válgame dios¡ ¡Que no nos pongan donde haya!".
...
Y yo, iluso compulsivo, también me escandalizo, pero no por el ayuntamiento de Marbella , sino por la confesión de la primera persona del plural que utiliza la gente que me rodea con demasiada profusión, y hago una nota mental que dice; ¡Yo aquí no vuelvo!. Pero claro, si tuviera que arreglármelas para no volver a todos los sitios donde lo he escuchado: En el banco, en la casa de tu suegra, en el trabajo, en el gimnasio...
Ahora en serio, que manía tenemos los españoles en generalizar, si hay gente que roba en vez de rebelarse y decir, ¡Esos son unos malos españoles indignos de nuestras tradiciones! o ¡Un verdadero español nunca roba!, somos tan amables que preferimos incluirnos en el saco para que nadie nos tome por diferentes.
Y así nos va, escuche una vez a Eduardo Punset que: "Al igual que hay un efecto placebo también hay un efecto anti-placebo". Si crees que te vas a curar por "algo" tienes un veinte por ciento de posibilidades que te cures, aunque ese "algo" no sea ni bueno ni malo, y eso también se puede aplicar con los posos que nos dejan las falacias españolas en nuestra conciencia colectiva. Si creemos que todos somos personas que robamos, cuando podamos, al final robaremos. Eduardo Punset utilizaba el efecto anti-placebo para criticar a los que piensan que los seres humanos vamos a destruir la tierra sin remedio y que el mundo va a peor y es inevitable, porque si creemos en todo eso, al final pasará.
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