La Casualidad: Dos visiones

El cruce de twitters entre @daviniasuarez y yo sobre el concepto "casualidad", ha dado como fruto este post a dos columnas. Espero que os guste. Y desde aquí agradezco la generosidad de Davinia para conmigo por aceptar este tipo de reto.



Casualidades, por Davinia Suarez

Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad
de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. Sí, podría
contar mi vida uniendo casualidades.

Los Amantes del Círculo Polar, Julio Medem.

A veces nos olvidamos de hacer como Ana, de esperar las casualidades que consiguen dar sentido a nuestro trabajo, a nuestras aficiones, a nuestras relaciones, a nuestra vida. La casualidad es una frase repetida en dos graffitis de dos paredes de dos ciudades diferentes, de dos ciudades que forman parte de nuestra historia. Pero es también sentarse en el metro junto a una persona que tiene la misma camiseta que tú; cantar sin motivo la canción preferida de alguien a quién acabas de conocer; es descubrir que la persona de la que te has enamorado estuvo en el mismo sitio y el mismo día que tú años antes de que la conocieras; es abrir un periódico y encontrar una cita del libro que lees; es encontrar en un restaurante de tu ciudad a una amiga que vive a 3.000km de distancia; es hablar por Internet y sin saberlo con una persona que parece cortada por la misma tijera que tú, que tiene tu mismo nombre, tu misma mirada. La serendipia, como se denomina a esos hallazgos descubiertos por casualidad, es algo más que un invento de los ilusos para creerse más felices: sin ella no habrían sido posibles muchos de los avances o descubrimientos científicos. Esperar las casualidades es el paso necesario para encontrarlas. No se trata de sentarse en un banco del Polo Norte a esperar como Ana, se trata de mantener los ojos abiertos, y suscribo las palabras de Eva Snijder en su blog: La magia no ocurre porque crees en ella, pero si no crees, te aseguro que se mantendrá invisible a tus ojos. Las casualidades pasan, sí, y no se provocan, no. Las casualidades hacen que nuestra vida sea un poquito más alegre, más curiosa si cabe, nos permiten pensar que estamos en el camino correcto, en el momento adecuado y en el lugar adecuado, nos permiten creer en algo, sea lo que sea.


En busca de las casualidades como solución, por Robert

* "Lo más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se
quiere."

Vendrán más años malos y nos harán más ciegos (1993). Rafael
Sánchez Ferlosio.


Buscar “casualidades” como soluciones, es una forma de tener ilusión por algo que logre darnos fuerzas y ánimos para por ejemplo; ser otra persona de la que somos, o poder ser mejor persona de la que eres, o convencerte que eres la persona que quieres ser. La ”ilusión” es un arma muy poderosa, capaz de “empujar” para superarnos a nosotros mismos, pero si no está sustentada sobre cimientos de conocimiento y esfuerzo, puede tener un efecto muy contrario.

Por inevitable, no tengo nada en contra del Pensamiento Mágico que reduce lo deseado a una casualidad cósmica de un universo que, inequívocamente, nos hará sentirnos únicos. Pero bien, dónde queda la “convicción”, ¡sí!. La convicción de que con esfuerzo se consiguen las metas, y que es la forma más eficaz de forzar a esas “casualidades” a que sucedan . Últimamente me encuentro a gente que no pone lo suficiente por conseguir “casualidades” que no deberían llamarse así, deberían ser “logros” obtenidos por el esfuerzo individual. No salgo de mi asombro, cuando me encuentro gente que busca reconocimiento y admiración de los demás, todos estos ejemplos son reales y que últimamente he podido sufrir: Escritores que no se esfuerzan en no poner faltas de ortografía en sus escritos o que sin inmutarse, admiten que no leen libros porque “... así no me condiciono por los pensamientos de otros” (sic), fotógrafos que no salen del modo “Auto” porque ni siquiera se han tomado el esfuerzo de leer el manual de su máquina de fotos, gente que busca “el amor verdadero” sin tener el valor de salir a la calle a conocer a personas por miedo a exponer su corazón.

Como corolario: Por no hablar de que no hay animal más fácil de engañar que el ser humano, y el engañarnos a nosotros mismos, es la herramienta más fácil de usar para dar sentido a lo que nos envuelve y que describimos con una “dialéctica” tan útil como imprecisa e insuficiente. El hombre busca dioses y encuentra dioses, busca poesía en las palabras y encuentra poesía - por poner dos ejemplos, uno negativo y otro positivo ;-) - busca soluciones y las encuentra (*). Y si busca casualidades, también las encontrará, pero siempre tendremos “más suerte” teniendo “convicción“.






1 comentarios:

Todo un honor haber colaborado en este post, encantada de crear y generar debate, aunque como ves, al final, tampoco pensamos tan diferente.

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