La Réplica

He recibido en correo bastante desagradable, y esta es mi respuesta. El autor del correo no me ha permitido publicarlo, porque no quiere que sirva para hacer “propaganda socialista” (sic). Yo no lo publicaré, porque respecto lo que no es mío, pero mi réplica sí, por un sólo motivo: en honor a la verdad. Y al que no le guste, que la califique de propaganda si le place, pero por favor, con argumentos contrastados.

Voy a dejar de lado la “entradilla” donde me aconsejas de que me deje de “politiqueos”, puesto que está claro que precisamente, lo que quieres es que hablemos de política. Tu ataque contra Garzón se basa en un contrasentido, por cierto lo haces de una manera muy grosera e impropia, nadie dice que no se investiguen todos los crímenes contra lesa humanidad, parece que cuando Garzón investigó los crímenes de Argentina o de Chile no pasaba nada, pero si lo hace en España le expulsan de la adjudicatura. Equiparas a las víctimas del terror blanco (Zona Franquista) en un plano superior de reconocimiento que el de las víctimas del terror rojo (Zona del Frente Popular), y te preguntas el por qué directores y actores cuentan historias de un solo bando. La razón es que en 70 años nunca se han escuchado esas historias, y cuando lo cierto es que desde el mismo momento en el que los sublevados ganan la guerra, satisficieron a los familiares de las víctimas que pertenecían al bando vencedor con infinidad de placas con sus nombres, cruces conmemorativas, nombres de calles y medios económicos; como concesiones de estancos, obtención de becas de estudio,etc., para reparar de algún modo su sufrimiento. Todo eso y más, fue precisamente lo que les negó a los familiares de las víctimas del terror Franquista, porque encima de no saber que les pasó a sus seres queridos, todos ellos fueron despojados de su dinero (El dinero republicano fue declarado ilegal e incautado) y muchas veces también despojados de sus propiedades por la Ley de Responsabilidades Políticas , muchos fueron retirados de sus profesiones en procesos de depuración; funcionarios, maestros o catedráticos que nunca pudieron volver a ser lo que eran. Por cierto, haces bien en calificar en inocentes a las víctimas de Paracuellos pues no fueron juzgados por un tribunal con las debidas garantías procesales. Como sabrás, ninguna de las víctimas del franquismo, tanto en guerra como en la represión posterior, tampoco tuvo un juicio justo; por lo tanto estamos de acuerdo en que también son inocentes. Por lo que a mí respecta, los dos bandos lucharon por España, y entrar en calificar en cual de los dos era mejor o peor a la hora de negar el duelo de un familiar, que lo único que quiere es saber donde tiene que llevar las flores para recordar a su ser querido, es tan inhumano como innecesario. No se puede confundir Memoria con Historia; la familia es familia y si te los arrebatan siendo inocentes es un dolor que no se va a calmar, más bien al revés, comparando las víctimas republicanas con las franquistas.


Pero dejando aparte la Memoria de los familiares de las víctimas, pasemos a hablar de historia. La Guerra la ganó moralmente el que no la empezó, esto sucede a lo largo de la historia desde que la cultura se transmite. No me puedo imaginar el destino tan “terrible” del que supuéstamente nos “libraron” los sublevados haciendo de España un infierno durante décadas. Nada puede justificar el quebranto de la legalidad vigente causando tantos muertos y sufrimiento, y eso es precisamente lo que las cortes internacionales hacen cuando en su ordenamiento jurídico dicen que los crímenes contra lesa Humanidad no pre-escriben . Por eso defiendo a Garzón.


Hay en tu texto tantas inexactitudes históricas, que por favor, dame referencias historiográficas que prueben que el Gobierno Republicano formara milicias para asesinar. También hay referencias periodísticas que no puedo asumir; nadie ha llamado fascistas a 5 millones de parados excepto tú como argumento del contrario. Otro punto especialmente hiriente, es que en tu texto comparas masacres, desvirtuando unas, para ensalzar como auténticas otras, calificándolas de ¡¡Eso si que fue una masacre!!; Me parece repugnante utilizar muertos para arrojar miserias.