Empadronar NO es por buenismo, es por egoismo

Este texto va dedicado a todos los que
después de decir un "yo no soy racista",
acaban pronunciando un "pero...".

Hacer que los inmigrantes utilicen los servicios españoles de Sanidad y Educación, es asegurar el futuro y la continuidad del modelo de vida que tanto deseamos conservar.

Vamos a suponer dos escenarios xenófobos; el primero es, que nos volvemos locos y nos ponemos a gritar ¡Viva Santiago Matamoros! y ¡Santiago y cierra España!, y empezamos a echar a todos los inmigrantes irregulares al estilo "Santa" Isabel la Católica. Opción divertida, pero no tan fácil de realizar, porque muy pocos países se hacen cargo de los inmigrantes una vez que no les han pillado "in fraganti" cruzando la frontera.

Los efectos serían como en el siglo XV cuando expulsamos a los judíos y a los musulmanes, la economía no tiene medios de producción, ni jornaleros que trabajen los campos; admitámoslo, no somos ni Suiza ni Liechestein para vivir de las rentas, que le vamos a hacer.
Los puestos vacíos que ahora ocupan inmigrantes de baja cualificación, no serán ocupados por los aborígenes sin poner pegas. Y nada de pensiones para cuando seamos viejos, aunque haciendo un paréntesis, eso me lo tendrían que explicar los responsables de Hacienda de este país, porque lo lógico es que nosotros estemos pagando nuestras futuras pensiones y no, las de nuestros actuales jubilados, porque de lo contrario significa que alguien a metido la mano a la caja; pero da igual, aunque matáramos a todos los Ministros de Hacienda por corruptos, nosotros nos seguiríamos quedando sin pensiones.

Lo queramos o no, y eso lo saben hasta los fachas más recalcitrantes que daban premios a la natalidad, la mayor riqueza de un país es su masa trabajadora. La explicación es fácil, "CON" alguien, ya sea inmigrante, aborigen o marciano, se puede "hacer", desde trabajar a pegarnos; y "SIN" nadie no hay nada que hacer, y aquí, ese "nada" es nada de nada.

Pero la consecuencia de echar a los inmigrantes más nefasta, es que separaría al mundo más todavía. Y como quiera que al ser humano le da por pensar, y los que se queden en el lado del "mundo" menos favorecido no serían una excepción, acabarían evolucionando por caminos distintos a los nuestros. Ahora mismo lo que está de "moda" entre los pueblos más desesperados no es precisamente estudiar a los filósofos griegos, al revés, estudian los versículos más "cabrones" de cualquier libro que alivie su sufrimiento, ya sea en esta vida o la siguiente, con la consiguiente guerra de civilizaciones tan ansiada por los sociópatas de la extrema derecha.

En el segundo escenario, ahora supongamos que somos racistas, pero eso sí, muy vagos para hacer los trabajos que ahora hacen los inmigrantes, y les dejamos vivir aquí sin darles educación ni sanidad. Pues bien, tendríamos el efecto anteriormente descrito, guetos insalubres y llenos de inmigrantes con muy poca educación, con la diferencia de que en vez de lejos, estarían a muy pocos kilómetros de donde viviéramos. Pues yo que quieren que les diga, para estar en el siglo XXI, las dos ideas me parecen del siglo XV.

No es por miedo, es por conveniencia. Las soluciones, como apuntaba ayer Wyoming, no están, al menos en Torrejón en gastarnos tres millones de euros sólo en las últimas fiestas de Navidad, y sí están en hacer que las diferencias socio-económicas desaparezcan de una manera más constructiva para todos. Seamos serios, pongámonos a PENSAR en resolver los problemas de la gente, y no a hacer la clase de demagogia que nos transforma en seres más asustados y más débiles ante lo desconocido, y por lo tanto, más peligrosos para nosotros mismos.