Jerusalem choca

Jerusalén es musulmana, judía y cristiana; y es medieval y moderna;
y eso choca a los ojos de este urbanita madrileño.

Choca el ver a la gente pasar por dentro de la ciudad vieja.
Choca ver a el judío ortodoxo, que nunca va sólo, y dependiendo del
número de individuos que componen su manada, parece que camina con más
determinación al apartar con vehemencia a los viandantes que le
interrumpen el camino.

Choca ver a los musulmanes, que pesar de no ser tan persistentes como en otros países árabes a la hora de venderte sus baratelas y quincalla, sabes que algo no está bien, cuando críos musulmanes de diez años, se cruzan con mi compañera y hacen el amago de golpearla, porque les disgusta su forma de vestir, y que seguramente tengan bien
asimilado algo, que pueden amagar con una extranjera , y que creen que
tienen el derecho de completar con sus futuras esposas.

Choca ver a los cristianos, que quizás por miedo al terreno hostil,
van en las manadas más numerosas , y son de todas las nacionalidades.
Sus miembros, parece que se disputen las muestras públicas más
escandalosa de fervor religioso en los lugares sagrados.
Todo esto discurre entre otros grupos compuestos por un policía y por
dos soldados, que hacen de escolta de la autoridad municipal, que de
la cantidad de armas que portan, huelen a hierro.
Verdades absolutas de difícil subsistencia.