LA MEMORIA PREHISTÓRICA
Por fin. Por fin tiemblan los nombres de los generales en las calles. Algo se mueve en las fosas comunes. Por fin crece la hierba en las tapias de los cementerios. En la tierra sin consagrar. Por fin comienzan a cerrarse las cicatrices de la historia. A cerrarse, a recogerse en brazos de la justicia como un niño en los brazos de su madre. Y la sangre se irá, como dijo Miguel, por fin a cada lado.
No se trata de buscar venganza. Se trata de reivindicar su memoria precisamente para poder pasar página. Y digo “pasar” y no “cerrar” ¿Acaso se ha cerrado ya en nuestra historia la página de la batalla de Lepanto? Claro que esta parte de nuestro pasado (la de la guerra civil, digo) es más delicada; después de todo, Lepanto fue una batalla victoriosa contra el moro malo, y la guerra civil, una vergüenza, y además reciente.
Y precisamente para no volver a cometer semejante barbaridad tendremos que volver los ojos hacia allí siempre que sea necesario.
Dicen que la nueva ley reabre heridas ¿acaso se cerraron alguna vez?
Dicen que la nueva ley divide a los españoles; ¿por qué cada vez que algo se sale de sus esquemas, estos señores de siempre se empeñan en hablar de división del país, proyectando una visión apocalíptica del futuro? ¿Tanto lo temen?
No es la venganza sino el derecho, lo que mueve a los familiares de las víctimas a reivindicar su memoria. Y no es afán electoralista lo que mueve a los partidos políticos que la apoyan (al menos no debe serlo) sino compromiso y responsabilidad con su electorado.
Puedo entender que el PP no quiera que se remueva el pasado, lo que no puedo soportar es que me quieran hacer tragar un cinismo que bordea la indecencia.
Su versión ha sido impuesta a tres generaciones de españoles, hasta quedar grabada en nuestra propia identidad, de tal manera que un vecino del distrito de Latina, en Madrid, se puede escandalizar por la ley de memoria histórica, sin dar importancia al hecho de que lleva treinta años viviendo en la calle General Millán Astray.
Todavía surge la controversia cuando de eliminar un símbolo franquista se trata; existen ayuntamientos que lucen orgullosos bustos del dictador.... y resulta que los que reabren las heridas son las familias que llevan años aguantando la ignominia, el olvido y la falta de respeto de un país para con sus familiares; unas mujeres y unos hombres que, no lo olvidemos, LUCHARON Y MURIERON POR DEFENDER LA DEMOCRACIA ¡Tiene cojones!.
El PP se empeña en derivar la atención de los ciudadanos hacia una supuesta “intencionalidad electoralista” por parte de la izquierda. Otra maniobra muy suya: ¡la mano negra del comuninmmo y la masonería internacional ataca de nuevo! ¡Uhhh! Lo suyo de la banderita y el himno (por no hablar la AVT) no lo es ¡mira tú que curioso! ¡Ay, Señor! “Se cree el ladrón…”
En algún archivo polvoriento (porque no creo ni que hayan tenido la intención de pasarlo a un banco de datos) figura un nombre de mujer: MLRM, y junto a su nombre una condena a muerte conmutada y un informe que dice que es una criminal, traidora a su país. También debe haber un certificado,una nota adjunta de la defunción de un niño de un año, muerto durante su estancia en la cárcel. Esa mujer me ha cogido en sus brazos, me ha cuidado, me ha querido y me ha dado tanto cariño como solo sabe dar una abuela a su nieto. Este es solo un caso entre miles, pero es el mío. Y me niego a que se intente mantener ese atentado al honor y a la persona de mi abuela.
Sr. Rajoy: Quisiera poder mirar la bandera de mi país, esa misma que estedes parecen haber adoptado en exclusiva, y sentirme realmente representado por ella, pero creo que mientras usted siga empeñado en mantener la infamia sobre el nombre mis abuelas, que son cientos, que son miles, la última franja de esa bandera, ante mis ojos, seguirá siendo morada. ¿Acaso puede ser de otra forma?.
No se trata de buscar venganza. Se trata de reivindicar su memoria precisamente para poder pasar página. Y digo “pasar” y no “cerrar” ¿Acaso se ha cerrado ya en nuestra historia la página de la batalla de Lepanto? Claro que esta parte de nuestro pasado (la de la guerra civil, digo) es más delicada; después de todo, Lepanto fue una batalla victoriosa contra el moro malo, y la guerra civil, una vergüenza, y además reciente.
Y precisamente para no volver a cometer semejante barbaridad tendremos que volver los ojos hacia allí siempre que sea necesario.
Dicen que la nueva ley reabre heridas ¿acaso se cerraron alguna vez?
Dicen que la nueva ley divide a los españoles; ¿por qué cada vez que algo se sale de sus esquemas, estos señores de siempre se empeñan en hablar de división del país, proyectando una visión apocalíptica del futuro? ¿Tanto lo temen?
No es la venganza sino el derecho, lo que mueve a los familiares de las víctimas a reivindicar su memoria. Y no es afán electoralista lo que mueve a los partidos políticos que la apoyan (al menos no debe serlo) sino compromiso y responsabilidad con su electorado.
Puedo entender que el PP no quiera que se remueva el pasado, lo que no puedo soportar es que me quieran hacer tragar un cinismo que bordea la indecencia.
Su versión ha sido impuesta a tres generaciones de españoles, hasta quedar grabada en nuestra propia identidad, de tal manera que un vecino del distrito de Latina, en Madrid, se puede escandalizar por la ley de memoria histórica, sin dar importancia al hecho de que lleva treinta años viviendo en la calle General Millán Astray.
Todavía surge la controversia cuando de eliminar un símbolo franquista se trata; existen ayuntamientos que lucen orgullosos bustos del dictador.... y resulta que los que reabren las heridas son las familias que llevan años aguantando la ignominia, el olvido y la falta de respeto de un país para con sus familiares; unas mujeres y unos hombres que, no lo olvidemos, LUCHARON Y MURIERON POR DEFENDER LA DEMOCRACIA ¡Tiene cojones!.
El PP se empeña en derivar la atención de los ciudadanos hacia una supuesta “intencionalidad electoralista” por parte de la izquierda. Otra maniobra muy suya: ¡la mano negra del comuninmmo y la masonería internacional ataca de nuevo! ¡Uhhh! Lo suyo de la banderita y el himno (por no hablar la AVT) no lo es ¡mira tú que curioso! ¡Ay, Señor! “Se cree el ladrón…”
En algún archivo polvoriento (porque no creo ni que hayan tenido la intención de pasarlo a un banco de datos) figura un nombre de mujer: MLRM, y junto a su nombre una condena a muerte conmutada y un informe que dice que es una criminal, traidora a su país. También debe haber un certificado,una nota adjunta de la defunción de un niño de un año, muerto durante su estancia en la cárcel. Esa mujer me ha cogido en sus brazos, me ha cuidado, me ha querido y me ha dado tanto cariño como solo sabe dar una abuela a su nieto. Este es solo un caso entre miles, pero es el mío. Y me niego a que se intente mantener ese atentado al honor y a la persona de mi abuela.
Sr. Rajoy: Quisiera poder mirar la bandera de mi país, esa misma que estedes parecen haber adoptado en exclusiva, y sentirme realmente representado por ella, pero creo que mientras usted siga empeñado en mantener la infamia sobre el nombre mis abuelas, que son cientos, que son miles, la última franja de esa bandera, ante mis ojos, seguirá siendo morada. ¿Acaso puede ser de otra forma?.
1 comentarios:
Impresionante raguenó.. es un texto claro, conciso y sobre todo que conmueve y remueve emociones, el último párrafo es magnífico..¡ánimo y sigue escribiendo!
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