El Momento de España - Juan Castrillo

AnteriorSiguiente
Juan Catrillo y Santos (1891-1953) notario, político y fue un político republicano progresista, apenas he encontrado referencias en internet. Enrique Mariné hizo esta entrevista en 1933.




 


JUAN CASTRILLO

Está en pie un conflicto de carácter histórico entre el sentido de la revolución, que es genuinamente española, y la dirección extranjerizante que pretende dar a ese movimiento el señor Azada..

Don Juan Castrillo, jefe de la minoría progresista de la Cámara, principal colaborador del actual presidente de la República en su aportación a la obra de la ley fundamental del Estado, ha tenido también la amabilidad de comunicarme algunas impresiones atinadísimas acerca del fondo de las cuestiones que más preocupan y apasionan la vida nacional.

—¿Quiere usted saber cómo veo yo la revolución iniciada el 14 de abril de 1931 ? Ése día el pueblo español rectifica, a mi juicio, un rumbo histórico en el que todos tenemos alguna responsabilidad : maravillosa lección para los gobernantes que quieran adentrarse seriamente en el pensamiento español.

Nuestro pueblo es fundamentalmente individualista, es decir, antiinstitucionalista, y, a partir del siglo XVI, el proceso histórico de España es antiindividualista y primordialmente institucionalista, contrario, por consiguiente, a su propia naturaleza.
Pero esa rectificación del 14 de abril, a mi modo de ver tan clara, ha sido deficientemente interpretada por el Sr. Azaña, que tiene excesiva fe en la acción constructiva de un Estado absorbente de tipo absolutista, que es, en definitiva, lo que resulta de toda su doctrina, de todos sus discursos y de todas sus actitudes.
Está, pues, en pie un conflicto de índole histórica entre el sentido de la revolución de 1931, genuinamente española, y el rumbo extranjerizante y estatizador que ha pretendido dar a ese movimiento el Sr. Azaña.
—Las consecuencias de esa deformación a que me refiero se están produciendo ahora en esta fase del proceso republicano que todavía no está cerrada. La sociedad española tiene aprisionados todos los centros vitales por un Estado que, para mayor paradoja, dice que pretende realizar una acción profundamente liberadora, sin darse cuenta de que al esta-tizar todos los órdenes espirituales y materiales de la vida española (enseñanza, familia, economía, justicia...), además de represar el torrente histórico que fluye del 14 de abril, esclaviza, en vez de libertarla, la mayor y mejor parte de la sociedad española, y la reacción orgánica sella los conflictos de esta hora con las protestas de los sectores más amplios del pueblo contra la acción disolvente y demoledora de un Estado personificado por un Gobier no que no ha sabido interpretar el momento histórico.
—¿Y, qué ve usted frente al porvenir?
—¿Frente al porvenir?... No puede haber una solución biológica si no se consigue restablecer el equilibrio biológico perturbado por la sustitución de substancias vitales con la materia inerte que el Gobierno Azaña ha venido imprudentemente acumulando so capa de resolver los problemas que tiene planteados.
De otro modo: es absolutamente necesario devolver la plena libertad a los centros vitales del pueblo español; dejarle que actúe; construir un Estado que sepa recoger tal cual es el espíritu popular; que impulse su transformación sin deformaciones, con la lentitud indispensable, hasta lograr una absoluta nacionalización del régimen republicano, reducido hoy, por lo que al Gobierno afecta, a una serie de abstracciones metafísicas que el pueblo no entiende y que rechaza resueltamente.
—Urge, pues, realizar una política integral de tipo' nacional, orgánica, individualista, acomodada a las características de nuestro pueblo, antiboichevizante. Y todo ello constituyendo un Gobierno que comience por devolver al país la garantía de confianza que es indispensable para que, puestos en juego los factores psicológicos, recobre la economía toda su vitalidad y lleguen al país el bienestar, la paz, el trabajo y la libertad.
--Muy bien, pero... veamos ahora el modo práctico de realizar ese magnífico programa.
—Primeramente — propone el Sr. Castrillo — constituir un Gobierno de concentración que termine la obra constituyente, que actúe sobre la opinión pública para devolverle la confianza que ha perdido; luego, convocar, allá para el otoño, unas elecciones generales presididas por ese Gobierno de concentración, a fin de que el pueblo sea el árbitro supremo en el conflicto que por choques entre opuestas tendencias están en pie.
—¿...?
—E1 país dirá entonces lo que piensa, y yo creo que lo que piensa es lo que pensamos los republicanos liberales, es decir, que en los caminos que se abren a los pueblos, el español puede dar y debe dar una nota de originalidad, aprovechando las experiencias dolorosas de otras naciones, como garantía de no incurrir en los mismos errores que fuera de España han producido tantas amarguras en estos últimos años.
Y si existe después, como tiene que existir, toda vez que vivimos en un régimen democrático, un Gobierno que sepa ser fiel intérprete de ese estado de opinión, debe rectificar jurídicamente todo lo que haya de rectificarse para acomodar la realidad jurídica del nuevo régimen a la realidad vital del pueblo español.
---No se me oculta---dice para terminar el jefe progresista—que este programa, aun contando con, el asentimiento de la mayor parte del pueblo español, ha de encontrar para su desenvolvimiento grandes dificultades, porque los republicanos de la coalición que dirige el Sr. ,Ataña han cometido el error, difícilmente rectificable, de creer que encauzaban la República por sendas rigurosamente republicanas, siquiera de extrema izquierda, llevándola, en realidad, por derroteros de tipo marxista. La rectificación exigirá un esfuerzo gigantesco y, ante todo, una tenaz campaña para orientar a la opinión...





0 comentarios:

Copyright © 2013. BloggerSpice.com - All Rights Reserved
Customized by: MohammadFazle Rabbi | Powered by: BS
Designed by: Tilabs